2020 año de la prevención del dolor según la IASP. Por la Dra. Deiene Lasuen

La Asociación Internacional del Estudio del Dolor (IASP) nombró el 2020 como el año para la prevención del dolor. Esta tarea es fundamental en el tratamiento del dolor ya que la mejor forma de no desarrollar la cronicidad es evitar los mecanismos que lo perpetúan.

Lamentablemente, con la explosión de la pandemia de la Covid 19, los pacientes crónicos y las tareas encaminadas a la prevención del dolor han quedado relegadas a un segundo plano.

Todo el esfuerzo sanitario se ha dirigido a luchar contra la amenaza que ha supuesto en la población esta nueva enfermedad. Como consecuencia, el paciente con dolor crónico ha quedado relegado a un segundo plano, por lo que, paradójicamente en vez de tratarse del año en el que íbamos a cuidar la cronificación del dolor, se ha convertido en el idóneo para que el paciente afecto no mejore.

La pandemia nos ha llevado al aislamiento social, familiar y al sedentarismo para evitar el contagio, circunstancias per sé fatales para nuestros pacientes con dolor.

Es fundamental identificar en cada paciente qué factores condicionan la perpetuación de su proceso doloroso. En ocasiones pueden ser factores físicos, como traumatismos repetidos, o bien factores emocionales o psicológicos.

En la mayoría de las circunstancias no conseguimos identificar el factor que conlleva a que el dolor agudo persista, a pesar de los tratamientos adecuados, pierda su misión de alarma para el organismo y se convierta en enfermedad en sí mismo.

Sabemos que uno de los factores cruciales en la perpetuación del dolor es el tiempo que perdura dicho síntoma. Los estímulos dolorosos repetitivos provocan el efecto conocido como “sensibilización central del dolor”, generado por complejos mecanismos fisiopatológicos. Se producen una serie de cambios neuronales en las vías de trasmisión del dolor que originan una hipersensibilidad generalizada del sistema nervioso, tanto a estímulos nociceptivos, como inocuos.

Gracias al esfuerzo de la comunidad científica y las compañías farmacéuticas, disponemos ya de varias vacunas que se han testado eficaces contra la Covid 19. Confiamos que su empleo suponga el principio del fin de esta pandemia que tanto daño está haciendo a la población y en especial a los pacientes con dolor crónico. No obstante, quedan meses por delante para que la vida y atención sanitaria puedan ser iguales que antes de la pandemia.

Por tanto, desde SEMDOR queremos recoger el testigo de la IASP y trabajar en la divulgación de medidas de autoayuda por medio de las Redes Sociales dirigidas a los pacientes, para que el dolor tenga menos impacto en su vida.

Gracias a nuestro carácter multidisciplinar, realizaremos innumerables recomendaciones de medidas orientadas a evitar la cronificación del dolor y enfocadas desde cada especialidad médica. De este modo, informarnos al paciente de su enfermedad desde una perspectiva heterogénea que, de otra manera, tardaría mucho tiempo en recibir dichos consejos debido a la estructura actual de nuestro sistema sanitario.

Como profesionales del dolor esperamos que estos consejos sean de ayuda tanto para nuestros pacientes y sus familiares, como para los profesionales sanitarios que no estén habituados a tratar pacientes con dolor.

Frente al dolor crónico el tiempo es oro y esperamos que nuestros pacientes ocupen un lugar más central en el sistema sanitario conforme vayamos ganando la partida al Covid 19. Porque “en SEMDOR apostamos por un mundo con menos dolor”.


Dra. Deiene Lasuen.

Anestesióloga Hospital Cruces (Vizcaya)

1 de febrero de 2021.