De la tecnopatía al tecnorremedio para el dolor. Por Juan Carlos Santamaría.

A finales del año pasado leíamos que Investigadores de la Universidad RMIT en Melbourne (Australia) habían logrado crear una piel artificial que es capaz de reaccionar al dolor como la piel humana real, pensándolo con el objetivo de mejorar las prótesis e incluso los injertos de piel.

Aunque con nuestra piel humana estamos sintiendo cosas prácticamente todo el tiempo, nuestra respuesta al dolor solo se activa en cierto punto, como cuando tocamos algo demasiado caliente o demasiado afilado.

La insensibilidad congénita al dolor es una enfermedad hereditaria poco frecuente que hace que las personas que la sufren tengan una interpretación anormal de los estímulos dolorosos. Debido a la falta de conciencia del dolor, algunos problemas de salud pueden pasar desapercibidos, pudiendo aparecer huesos rotos, heridas y moratones.

Para estos pacientes sería muy importante poder sentir algo de dolor, pero lo más habitual para el resto es que no queramos sentir dolor.

Si menciono las palabras “tecnología y dolor de espalda”, enseguida nos viene a la cabeza la reflexión de que los smartphones, las tablets y los ordenadores nos han facilitado mucho la vida, pero que también nos han traído algunas nuevas dolencias

Es lo que sucede en diferentes cuadros de tendinitis en la mano, aunque es la espalda el miembro que más sufre, ya que un uso prolongado de nuestros queridos aparatitos hace que los hombros estén muchas veces inclinados hacia delante, pudiendo provocarse una contractura. Este tipo de dolencias entran en el nuevo concepto de “tecnopatías”, ya que están provocadas por el mal uso de las nuevas tecnologías.

Pero, ¿y si la tecnología pudiera ser una aliada para luchar contra el dolor?

Me siento orgullo de poder contar que estamos desarrollando una herramienta tecnológica, plataforma de integración de pacientes y profesionales, apoyada por la inteligencia artificial, para poder mejorar la vida de las personas que sufren dolor crónico de espalda y para contribuir a mejorar el sistema de atención y la forma de intervención.

PAINTECH es un sistema integral de atención a pacientes con lumbalgia y dolor crónico de espalda para mejorar su calidad de vida a través de la tecnología y de cambios en el estilo de vida, y además poder contribuir a conseguir un sistema sanitario más eficiente y reducir el gasto social que esta dolencia supone.

Es un consorcio, ejemplo de colaboración público-privada, formado por las empresas vascas Grupo Init, Athlon y Lanit Consulting, en colaboración con Biocruces Bizkaia (Unidad del Dolor del Hospital Universitario de Cruces).

Volviendo al comienzo del artículo, cuando hablábamos de la capacidad de sentir el dolor, a veces, las personas también “sentimos” dolor cuando nuestros seres queridos sufren. Los que trabajamos con tecnología, también deberíamos sentir dolor si no hacemos nuestra aportación para que esa tecnología permita alargar el brazo de los profesionales de las unidades del dolor de los hospitales, y así “alargaremos”, por ejemplo, el brazo de Deiene Lasuen, anestesióloga y terapeuta del dolor del Hospital de Cruces, y podrá llegar mejor a sus pacientes mejorando su calidad de vida a través de la tecnología y de cambios en el estilo de vida. Y así sus pacientes y todo el sistema sanitario saldrán beneficiados.

Juan Carlos Santamaría González
Director de Comunicación de Inithealth (Grupo Init)

9 de marzo de 2021