¿El principio del fin? Por Luis Miguel Torres.

Ha habido muchas noticias alentadoras sobre la pandemia últimamente y, a medida que los casos se han desplomado en España y en el mundo, algunas personas están empezando a preguntarse si se avista de una vez por todas el fin de la pandemia.

Casi todos los expertos son optimistas sobre el futuro a medio y largo plazo, los hay que apuestan a la llegada del verano. Al menos, la mayoría de los científicos, dicen creer que lo peor de la pandemia ya ha pasado. Pero ¿no deberíamos estar preocupados por las próximas semanas y la alta probabilidad de una “cuarta ola”?

Los casos de virus en España ya parecen estar bajando por la fuerte disminución que comenzó en febrero, pero debemos advertir contra la relajación de las medidas de control de la pandemia. Si seremos capaces de vencer la cuarta ola, que llegará, depende de una serie de incógnitas.

La mayor variable es el comportamiento de la sociedad, que tanto explica por qué los casos han disminuido tanto en la mayor parte del mundo, sino también por qué podrían volver a subir.

La incidencia ha disminuido en gran medida por las restricciones y, tal vez más importante, porque la gente realmente siguió las reglas. Pero ahora, a medida que las perspectivas han mejorado, los gobernantes están levantando restricciones y están bajo una enorme presión para reabrir aún más ampliamente. Si eso sucede, es probable que exploten los casos impulsados por las nuevas variantes.

Las variantes más contagiosas están causando una “pandemia dentro de la pandemia”. Ahora ben, la que estamos tratando desde el año pasado, parece que está terminando. Pero, mientras tanto, las nuevas variantes han creado un nuevo conjunto de problemas.

Estamos tardando en rastrear la propagación de las variantes. La disminución de las tasas de infección puede estar dando a la gente una falsa sensación de seguridad. Si las variantes se extienden, como lo han hecho en otros países, lo más probable es que impulsen un aumento de los casos.

Respecto al capítulo de las vacunas, éstas han resultado ser más eficaces de lo que nadie podría haber esperado, previniendo enfermedades graves y la muerte en casi todos los receptores hasta ahora. Pero los científicos se preocupan por las variantes de Sudáfrica y Brasil, que han sido capaces de reinfectar a personas vacunadas contra la versión original del virus. Aun así, sí conseguimos inmunizar al 50% de los adultos antes del final del verano, las variantes no deberían ser un problema grave. Lo que nos lleva a las buenas noticias.

El último aumento, la llamada cuarta ola ¿disminuirá en algún momento a principios del verano? Hay indicios positivos en ese sentido. Para entonces, los grandes brotes podrían ser cosa del pasado. Las infecciones, hospitalizaciones y muertes, pueden disminuir a niveles insignificantes y con suerte podremos reabrir el país de forma segura.

A nivel personal puedo confesar que mis nietos no serán vacunados antes del verano, así que no pienso viajar a ninguna parte, junto a mi núcleo familiar lo pasaremos en casa y, sólo si se dan las condiciones favorables, en la playa.

Ardo en deseos de ver amigos, sea donde y como fuere, pero deseo aún más que los casos sean lo suficientemente bajos como para que no tengamos miedo cuando salgamos de nuestras casas. Anhelo volver a la “aburrida” rutina prepandemia, cuando nuestras máximas preocupaciones eran muy otras, casi triviales, desde la perspectiva actual. Ojalá ese momento llegue más pronto que tarde. Pero hasta ese momento, máxima cautela, suma prudencia y grandes dosis de paciencia.

Por Luis Miguel Torres, Jefe de Anestesia y Dolor, Hosp. Puerta del Mar, Cádiz. Pte de SEMDOR.

1 de marzo de 2021